Toda comparación es odiosa. Y más cuando aun arden las tierras de Galicia. De lo cual, mucho se ha hablado. Que si un complot político/urbanístico, que si hordas de conchabados pirómanos excluidos de alguna selección o la casualidad que se cierne sobre la climatología que permite la propagación de esta clase de macro incendios. Todo, que poco puede servir para la gran cantidad de hectáreas, pasto de las llamas ya.
Pero como si de la tristeza de un ser perdido se tratase, las comparaciones se vuelven más odiosas aún si cabe. Como si se discutiera, cuando una perdida fuese mayor, por la cantidad de lágrimas vertidas y difundidas. Siento tener que echar un vistazo no hace mucho, ya un año, del incendio de Guadalajara. Donde a día de hoy, ardieron más hectáreas que en tierras gelegas, más 13.000. Tal vez no eran los verdes pastos, pero si eran el medio de supervivencia de una provincia olvidada de la manos estatales. Donde también fueron evacuados más de 500 personas. Y claro está, sin olvidar la pésima gestión de los políticos de Castilla Sur, junto a nuestro querido presidente del gobierno, tan amante él, de las singularidades periféricas. Que tuvo que esperar a que 11 miembros de los retenes contra los incendios, fueran engullidos por las lenguas de fuego. Por la descoordinación, la desidia y la negligencia de esos que votamos para que tomen decisiones. Pero no le hagamos el trabajo fácil a los otros (al PP), esos que solo esperan los males para sacar rédito político sin aportar medidas de colaboración cuando las brasas están aun calientes.
Como castellano, me duele que en nuestro caso, no recibamos el apoyo que el gobierno y otras comunidades han desplegado en Galicia. Donde hemos visto el seguimiento que los medios han hecho con todo lujo de detalles. Viendo incluso fotos satélite que mostraba las lenguas de humo llegar a la costa. Que ya sufrieron la negligencia del Prestige.
Pero esa vez, en Guadalajara, no se pudieron alzar el lema del NUNCA MÁS. Nunca más una catástrofe ecológica, un desastre humano, un destrozo en la economía de esos pueblos. Porque al PSOE, ya en el gobierno no le interesaba entonar dicho canto. Hemos visto como las victima del incendio, afectados, supervivientes, familiares de los fallecidos... Han sido sistemáticamente ninguneados por no prestarse hacerse la foto con sonrisa y agradecimiento por las míseras ayudas. No no querer callar la desinformación que sufrieron, de los fragantes casos de indolencia en las gestiones. Tanto a nivel de la Junta de C-LM, como a nivel estatal.
De todos modos, los que ahora no tienen culpa ninguna, son aquellos que han tenido que ver impotentes como ardían sus tierras. Tierras quemadas por la sin razón de sujetos, que por no dedicarles otras perlas más deshonrosas, les denominaremos bastardos.
Desde Madrid (Castilla), mi más sincero pésame, un abrazo y un recuerdo en solidaridad con Galicia. Que hoy, aún se huele la tierra quemada.